Para evitar que nadie se trague espoilers, pondré primero la serie en negrita. Así se puede saltar de párrafo sin toparse con el señor de la guadaña.
12. House (6.17.)
El moribundo Nash (interpretado por David Strathairn) sirvió para establecer un diálogo agónico en el que House se encuentra ante su espejo. La claustrofobia del capítulo-colmena se resuelve con el adiós de la muerte.
11. Supernatural (5.10.)
Jo y Ellen fueron lo más cercano que los Winchester tuvieron a una familia. Ahora solo les queda una foto en blanco y negro. Y el recuerdo de dos tipas duras que quisieron morir matando. ¡Malditos sabuesos del infierno!
10. Sons of Anarchy (3.13.)
La tercera temporada fue un bluff. Sin embargo, el cierre destapó el tarro de las esencias, con Kurt Sutter tras la cámara. El ajuste de cuentas con Jimmy O’Phelan, con la melodía de Neil Young de fondo y el reloj de la trama bien engrasado, uf, no tuvo precio. Fue como masticar margaritas.
9. The Wire (5.9.)
Toda la serie es una gigantesca tragedia. Sin embargo, sorprendentemente, la muerte que más punza en las entrañas es la de Snoop Pearson. Esa sequedad inesperada. Y la humanidad de la bestia, que asoma ante un último disparo: “¿Cómo llevo el pelo, Mike?” “Se te ve bien, chica”.
8. 24 (5.13.)
En una quinta entrega trepidante, alocada, llena de giros imposibles y acción de la buena, hay un momento donde un personaje se tiene que inmolar para que el resto sobreviva. La angustia del momento es absoluta. Pero así, un cobarde Don Nadie se redime a través de un sacrificio extremo: Lynn McGill restablece el sistema de ventilación… para morir asfixiado. Un héroe.
7. Deadwood (2.9.)
En una tierra sin ley, sucia, pervertida, el único asomo de inocencia lo proveen los niños. Por eso es tan desoladora la muerte de William Bullock. En una secuencia filmada con poderosa brillantez, un semental desbocado arrolla al hijo del matrimonio. Y, en un prodigio de planificación, casi todo el mundo aparece en escena para darle un vuelo emocional a la tragedia como nunca antes alcanzó la serie de David Milch.
6. Battlestar Galactica (4.14.)
Uno de los personajes más complejos de BSG es el gran Felix Gaeta. Oficial fiel a Adama, colaboracionista en el régimen de Baltar y, finalmente, compañero de armas de Zarek en un golpe de estado. Ah, la ley marcial es implacable. Gaeta fuma y canta una deliciosa canción para calmar el dolor. Cuando el pelotón de fusilamiento va a disparar, Mr. Gaeta se mira la pierna amputada y exclama, lleno de melancolía: “Ha parado”.
5. Six Feet Under (5.12.)
La serie que se afanó en domesticar la muerte, tenía que echar un órdago en su cierre. A pesar de cómo chirría el maquillaje, el videoclip final aspira a convertir el último trance en un ejercicio lírico irresistible. Como ha demostrado Alan Ball, el sueño eterno también esconde belleza.
4. Aquellos maravillosos años (1.1.)
No vemos la defunción en pantalla, sino sus primeros efectos. ¡Pero es tan tierna y delicada esta escena, de una melancolía tan tóxica! Winnie y Kevin, ay, y la infancia como esa eterna promesa que nadie mantiene.
3. The Shield (7.13.)
Que un joputa con todas las letras pueda provocar lágrimas de pena es un prodigio narrativo. Shane es un animal acosado, acompañado por un niño y una embarazada herida. Su última reunión familiar, a pesar de la brutalidad inesperada de su disparo suicida, está repleta de lirismo. Una flor, un camioncito, dos cuerpos fríos, mucha culpa y un descenso cuya última parada sí era el Infierno.
2. El ala oeste (3.22.)
La música hace mucho por la lírica de la muerte. En una serie habitualmente amable, Sorkin se permitía latigazos en los finales de temporada. Éste de la tercera aplasta al espectador por el Hallelujah de Jeff Buckley, por el montaje alterno y por la empatía con la pobre C.J. Cregg, tan brillante y… tan sola.
1. Friday Night Lights (4.4.)
Un día de caza con Riggins. El primer y último beso de Jess y Landry. La música de José González que te atrapa la yugular. Dos hombres de uniforme que tocan a la puerta de Matt Saracen. ¡Es la muerte quien llama! Y esa maestría de FNL para calibrar la emoción sin soufflé. “Es tu padre. Lo han matado”.
¿Qué muerte poética echáis en falta? ¿Cuál os ha tocado la fibra y por qué? Para avisar a los lectores, os pido que hagáis lo mismo y, primero, señaléis en mayúsculas la serie de la que vais a hablar.
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Cortesías (Scriptor, Medioambiente simbólico, Freak’s City, los tweets en Bitácoras y las descargas)
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